A 45 años del lanzamiento de las gemelas Voyager, se acerca el final de su histórica misión por los planetas exteriores del Sistema Solar y el espacio interestelar.
El viaje sin fin de las naves estadounidense fueron parte de un hito en la exploración espacial, aprovechando una rara alineación planetaria con Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno en el radar.
En agosto de 2012, la sonda Voyager 1 alcanzó oficialmente el medio interestelar. A diferencia de su gemela, que lo hizo en noviembre de 2018.
Pese a los numerosos logros obtenidos por ambas naves, las duras condiciones del espacio, comienzan a notarse los efectos, como la misteriosa anomalía en la Voyager 1.

¿Se acerca el final de la misión?
Tanto la Voyager 1 como la Voyager 2, funcionan con generadores termoeléctricos de radioisótopos (RTG), alimentados por el calor de las esferas de plutonio en descomposición, aunque la producción de estos RTG va disminuyendo en 4 vatios cada año, aproximadamente.
En la actualidad, la Voyager 1 tiene cuatro instrumentos aún funcionando, mientras que, la Voyager 2 trabaja con cinco instrumentos operativos.
Esto significa que a medida que la energía disminuye, los instrumentos se irán apagando uno a uno.

Algunos estiman que podría ser tan pronto como 2025, mientras que otros esperan que sea más tarde.
«Si todo va realmente bien, tal vez podamos extender las misiones hasta la década de 2030. Solo depende de la potencia. Ese es el punto límite»
dijo Linda Spilker, científica planetaria que comenzó a trabajar en las misiones Voyager previo a su lanzamiento
En estos momentos, ambas sondas están tan lejos que una señal de radio unidireccional que viaja a la velocidad de la luz tarda casi un día en recibir la información; 21 horas, 36 minutos y 50 segundos en la Voyager 1 y 17 horas, 59 minutos y 14 segundos en la Voyager 2.
«La Tierra es un lugar ruidoso. Radios, televisores, teléfonos celulares, todo hace ruido. Y así se hace cada vez más difícil escuchar estos pequeños susurros de la nave espacial»
dice Glen Nagle, gerente de alcance y comunicaciones en las instalaciones de la Red de Espacio Profundo en Canberra, Australia
Con el pasar del tiempo, las míticas sondas comenzarán a despedirse de nosotros y vagarán por el oscuro y frío espacio.
En otros 16.700 años, la Voyager 1 pasará por la estrella más cercana a nosotros, Próxima Centauri; mientras, la Voyager 2 lo hará en 3.600 años después.