La misión de la ESA que planea emboscar a un cometa

La Agencia Espacial Europea aprobó una misión «caza-cometas» que buscará recolectar datos únicos de un cometa de largo período, cuando este se acerque a la órbita de la Tierra.

La misión se llama Comet Interceptor y esta compuesta de una nave principal, junto con dos más pequeñas, siendo una de ellas desarrollada por la Agencia Espacial Japonesa (JAXA).

Además, junto a Comet Interceptor, viajará la misión ARIEL (Atmospheric Remote-sensing Infrared Exoplanet Large-survey), que estudiará las atmósferas de exoplanetas desde el punto L2 de Lagrange.

El lanzamiento de las misiones está previsto para 2029.

¿Qué hará Comet Interceptor?

Comet Interceptor, es la primera misión de desarrollo rápido «clase F» del Programa de Visión Cósmica de la ESA y será la primera sonda en ser «estacionada en el espacio» lista para volar hacia un objetivo: un cometa prístino en una órbita de largo período que esté entrando en el Sistema Solar proveniente desde la Nube de Oort, o desde otro sistema.

La misión en sí sugiere un riesgo y desde la ESA lo entienden:

«Estamos asumiendo un riesgo significativo. Pero es una gran recompensa»

dijo el director de Ciencia de la ESA, Günther Hasinger

Ninguna misión actualmente ha visitado un cometa de largo período, por lo que:

«Comet Interceptor nos dará una primera visión real de un cuerpo primordial. No tenemos idea de cómo se verá. Eso será realmente una ciencia nueva, nunca antes vista»

comentó Alan Fitzsimmons, investigador de cometas en la Universidad de Queen en Belfast
Cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, fotografiado por la sonda Rosetta de la ESA. Crédito: ESA/Rosetta/MPS

Una vez que la nave espacial está en posición en L2, puede esperar allí durante al menos seis años para que un objetivo adecuado pase lo suficientemente cerca de la órbita de la Tierra para visitarlo. Cuando eso ocurra, Comet Interceptor disparará sus propulsores y dejará a L2 en un curso de sobrevuelo.

La nave espacial principal volará más allá del cometa a una distancia de unos 1.000 kilómetros para evitar cualquier daño por el material cercano, mientras que las sondas más pequeñas se sumergirán más cerca, a tan solo 400 kilómetros de la superficie.

En otras misiones como con la nave espacial Rosetta, se examinó un cometa de corto período, que pasan más tiempo en el Sistema Solar interior, en órbitas más pequeñas, y por lo tanto, son más alterados por el Sol.

Dulce recompensa

Pese a que el encuentro durará sólo unas horas, las recompensas científicas son inigualables, pudiendo recabar información sobre la composición del cometa, el gas y polvo emitidos, su temperatura y las primeras imágenes de primer plano de un objeto helado tan prístino.

«Es un mensaje en una botella del período de formación»

dice Michael Kueppers de la ESA en Madrid, científico del proyecto Comet Interceptor

Al año, entran al interior del Sistema Solar más de una docena de cometas de largo período, aunque no todos podrían ser alcanzados por Comet Interceptor. El equipo del proyecto estima en un 80% de que surja un cometa adecuado de período largo en el tiempo del Comet Interceptor en L2.

Tales cometas pueden ser vistos solo meses antes de su aproximación más cercana al Sistema Solar interior, por lo que tener una nave espacial lista en L2 hace que un sobrevuelo sea más fácil que tratar de organizar un lanzamiento con poca antelación desde la Tierra.

¿Qué pasa si no se encuentra un cometa de largo período?

Cometa 73P/Schawassmann- Wachmann 3.

En el caso de que no aparezca un cometa adecuado de largo período, la misión se dirigirá hacia otro objetivo, el cometa 73P / Schwassmann-Wachmann 3, de período corto, que se cree que se ha roto en pedazos.

Sin embargo, se ofrece una posibilidad aún más atractiva. En los últimos cinco años, se han visto dos objetos volando más allá de nuestro Sol que se cree que han sido expulsados de otros sistemas solares, Oumuamua en 2017 y el cometa Borisov en 2019.

Las observaciones telescópicas proporcionaron vislumbres tentativas de estos visitantes fugaces, y el envío de una nave espacial podría decir a los investigadores mucho más sobre sus composiciones, contenido de agua y el sistema del que se originaron.

Si tal objeto es visto mientras Comet Interceptor está en L2, y si el objeto pasa lo suficientemente cerca como para ser visitable, entonces la nave espacial podría ser enviada para interceptarlo en su lugar, dándonos una visión sin precedentes del material de otro sistema solar.

«El aspecto del objeto interestelar es extremadamente emocionante. Las posibilidades de encontrar un objetivo interestelar adecuado son pequeñas. Pero estaremos atentos»

aseguró Geraint Jones, científico planetario del University College de Londres y quien dirigió el equipo que propuso la misión a la ESA.

«Esta es la primera vez que se realiza una misión de respuesta tan rápida. No esperamos tener un gran número de objetivos potenciales. Si tenemos un buen objetivo, iremos a por ello»

señaló Kueppers

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Ale Godoy

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