Una investigación liderada por científicos de la Universidad de Durham sugiere que la formación de la Luna podría haber ocurrido «en unas pocas horas», basado a una detallada simulación reciente.
De acuerdo a la teoría del gran impacto, un cuerpo rocoso de un tamaño similar al de Marte, denominado como Theia, impactó violentamente con una joven Tierra hace unos 4.500 millones de años, desencadenando una formación de nuestro satélite. Se cree que la Luna se creó mediante la acumulación gradual de escombros de esta colisión.
Sin embargo, nuevas mediciones de rocas lunares cuestionan esto último, mostrando que su composición es cómo la del manto de la Tierra. En cambio, si hubiera ocurrido un impacto, gran parte de los escombros serían de Theia.
Formación lunar en unas cuantas horitas
Mediante las simulaciones de supercomputadoras más detalladas hasta el momento, el equipo de científicos sugiere como una explicación alternativa que un impacto gigante colocó un cuerpo similar a la Luna en órbita alrededor de la Tierra.
«Comenzamos este proyecto sin saber exactamente cuáles serían los resultados de estas simulaciones de muy alta resolución. Fue muy emocionante que los nuevos resultados incluyeran un tentador satélite similar a la Luna en órbita»
señaló Jacob Kegerreis, investigador principal
Si gran parte de nuestro satélite se formó al instante tras el impacto, esto también significaría que se derritió menos durante su formación. Esto, sobre todo si lo comparamos con las teorías estándar que indican que la Luna creció dentro de un disco de escombros alrededor de la Tierra.
Dependiendo de detalles posterior a su solidificación, estas teorías deberían predecir diferentes estructuras internas para la Luna.
«Esta ruta de formación ayudaría a explicar la similitud en la composición isotópica entre las rocas lunares devueltas por los astronautas del Apolo y el manto de la Tierra»
añade Vincent Eke, coautor del estudio
Limpia y elegante
Esta teoría de formación de la Luna ofrece una vista más rápida y conlleva una explicación más limpia y elegante, además, brinda nuevas formas de encontrar respuestas para otros misterios por resolver.
En este escenario la órbita lunar es amplia y el satélite tiene un interior que no está completamente fundido, algo que explicaría la órbita inclinada y la corteza delgada del satélite.
Esto vuelve a esta teoría en una de las explicaciones más atractivas sobre el origen de nuestra luna.
Los detalles del trabajo fueron publicados en Astrophysical Journal Letters.