Un equipo de investigadores del observatorio Pan-STARRS descubrió al primer «visitante interestelar» y lo han denominado como «Oumuamua».
El pasado 19 de octubre, utilizando el telescopio Pan-STARRS 1 de la Universidad de Hawai se detectó al asteroide A/2017 U1, con un diámetro de unos 400 metros, muy alargado y viajando muy rápido por el espacio.

Crédito: ESO/M. Kornmesser
El asteroide (u cometa) parece haberse originado fuera del sistema solar, proveniente de otro lugar de nuestra galaxia, de esta forma, sería el primer «objeto interestelar» en ser observado y confirmado por los astrónomos.
El investigador postdoctoral en el Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawai (IfA), Rob Weryk, fue el primer científico en identificar al cuerpo en movimiento y enviarlo al Centro de Planetas Menores.
Posterior a ello, Weryk buscó en el archivo de imágenes de Pan-STARRS y descubrió que A/2017 U1 también fue captado en imágenes tomadas el día anterior a su descubrimiento, pero no fue identificado por el procesamiento de objetos en movimiento.
El descubridor de Oumuamua se dio cuenta que se trataba de un objeto particular, esto debido a que «su movimiento no podría explicarse usando un asteroide normal del Sistema Solar o la órbita de un cometa».
Weryk se contactó con el astrónomo Marco Micheli, quién obtuvo imágenes de seguimiento capturadas por un telescopio de la ESA en Tenerife, y al combinar los datos, todo tomaba más sentido, «este objeto vino de fuera de nuestro Sistema Solar».
«Esta es la órbita más extrema que he visto»
dijo Davide Farnocchia, científico del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA
«Va extremadamente rápido y en una trayectoria tal que podemos decir con confianza que este objeto está saliendo del sistema solar y no regresa«.
añadió Farnocchia respecto a la rapidez de Oumuamua
El equipo del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de NASA trazó la trayectoria, previo, actual y posterior del asteroide e identificaron que venía en la dirección de la constelación de Lyra, navegando por el espacio interestelar a un ritmo desenfrenado de 25,5 km/s.

Créditos: NASA/JPL-Caltech
Según el trazado de trayectoria, A/2017 U1 se acercó al Sistema Solar desde casi directamente por «encima» de la eclíptica, por lo que no tuvo ningún encuentro cercano con ninguno de los planetas durante su caída hacia el Sol.
Oumuamua cruzó el 2 de septiembre bajo el plano eclíptico junto dentro de la órbita de Mercurio y luego hizo su aproximación más cercana al Sol el 9 de septiembre.
El 14 de octubre pasó por debajo de la órbita de la Tierra, a unos 24 millones de kilómetros, unas 60 veces la distancia a la Luna y ahora se ha disparado nuevamente por encima del plano de los planetas, viajando a 44 km/s con el respecto al Sol y acelerando hacia la constelación de Pegaso.
«Durante mucho tiempo hemos sospechado que estos objetos deberían existir, porque durante el proceso de formación de planetas una gran cantidad de material debería ser expulsado de los sistemas planetarios. Lo más sorprendente es que nunca antes habíamos visto pasar objetos interestelares«
señala Karen Meech, astronóma del Institute of Astronomy en la Universidad de Hawái, especializada en cuerpos pequeños y su conexión con la formación del Sistema Solar
Dado que este es el primer objeto de su tipo descubierto, la Unión Astronómica Internacional ha denominado oficialmente a Oumuamua como 1I/2017 U1.