En una fecha muy especial, un 14 de febrero, la nave espacial Voyager 1 de NASA envió a la Tierra el denominado «Retrato de familia» de nuestro Sistema Solar.
El mosaico de 60 imágenes es el resultado de las últimas observaciones de la Voyager 1 antes de que se apagará la cámara de la nave e iniciará su viaje al espacio interestelar.
En la toma están presente Venus, la Tierra, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno; quedando fuera de la toma, Mercurio estaba demasiado cerca del Sol, Marte que estaba oscurecido por la luz solar que rebotó en la cámara y el planeta enano Plutón era demasiado pequeño, demasiado lejos y demasiado oscuro para ser detectado.
Aun así, la Voyager 1 nos regalaba un retrato (pese a estar incompleto) de nuestro vecindario solar.
De este mosaico de imágenes, nace la imagen de la Tierra, que conocemos como «Pale Blue Dot» o «Punto Azul Pálido» en español, nombrada así por el astrónomo Carl Sagan, inspirando al título de su libro, «Pale Blue Dot: A Vision of the Human Future in Space».
Conozcamos 7 cosas que probablemente no conocías sobre la fotografía «Punto Azul Pálido» de la Voyager 1:
No estaba planeada
Ni el retrato, ni la foto individual de la Tierra estaban planeados como parte de la misión original de la Voyager 1.
Incluso, el equipo de la Voyager rechazó numerosas solicitudes de toma de imágenes, producto de los limitados recursos de ingeniería y el potencial peligro para las cámaras de apuntarlas cerca del Sol.
Para lograrlo, necesitaron ocho años y seis solicitudes para obtener la aprobación.
Así nació la propuesta de un retrato familiar y una vista lejana, pero significativa de nuestro pequeño y azul mundo.
Crédito: NASA/JPL-Caltech.
Una visión única
La primera y única nave espacial que ha intentado fotografiar nuestro Sistema Solar, es la Voyager 1. Sólo tres naves espaciales han sido capaces de hacer tal observación: las Voyager 1 y 2, y la New Horizons. En el caso de las Pioneer 10 y 11 los desafíos técnicos les impidieron obtener esa oportunidad, pese a tener puntos de vista similares.
Pequeños píxeles de polvo
La vulnerabilidad, la fragilidad y lo irremplazable que es son algunas de las sensaciones que el equipo de imágenes de la Voyager quería plasmar, en el pequeño lugar en el Universo que ocupa la Tierra.
La idea general de capturar al resto de planetas da esa sensación de pequeñez antes las dimensiones inconcebibles de nuestro propio Sistema Solar y el espacio exterior.
Una increíble coincidencia
La vista a la Tierra desde la extensa distancia a donde captó la Voyager 1 y la luz solar que casi complicó que nuestro pequeño planeta fuera capturado, debido a que se tuvo que apuntar la cámara a unos pocos grados del Sol.
En ese momento, la nave espacial se encontraba a 40 UA del Sol, por lo que la Tierra apareció muy cerca de nuestra estrella, desde la perspectiva de la Voyager 1.
Que algunos de los rayos de luz se cruzaran con nuestro planeta fue una increíble coincidencia, que quedó reflejada en una histórica imagen.

Mira de nuevo ese punto. Eso es aquí. Ese es nuestro hogar. Esos somos nosotros.
Carl Sagan, en su libro «Punto azul pálido: una visión
del futuro humano en el espacio»
El sueño de Sagan
Carl Sagan, científico planetario y miembro del equipo de imágenes de la Voyager 1, tuvo la idea original de utilizar las cámaras de la Voyager para obtener imágenes de la Tierra en 1981, tras los encuentros de la misión con Saturno. El propio Sagan más tarde escribió sobre las imágenes y su significado en su libro, «Punto azul pálido: una visión del futuro humano en el espacio» de 1994.
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Podrá parecer fácil, pero la transferencia de los datos desde la nave espacial hacia la Tierra es compleja y requiere de mucho tiempo, producto del ancho de banda disponible y considerando la tecnología de la época.
En el caso de la Voyager 1, se encontraba, además, bastante lejos de la Tierra y requirió varios pasos de comunicaciones con la Red de Espacio Profundo (DSN, en sus siglas en inglés) de NASA, durante un par de meses para la transmisión de todos los datos. Los últimos datos de la imagen se descargaron finalmente en la Tierra, el 1 de mayo de 1990.
Una última mirada
A las 05:22 UTC del 14 de febrero de 1990, y tras tomar las imágenes del «Retrato de familia» del Sistema Solar, la Voyager 1 apagó sus cámaras para siempre.
Se espera que, tanto la Voyager 1 como su gemela funcionen hasta mediados de 2025.
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